Presentamos una exposición de obra reciente de Víctor Pedra en nuestra galería, se trata de una selección de óleos sobre tela y papel y esculturas en hierro realizadas entre1996 y 1997.
El mundo pictórico de Pedra ha estado a menudo ligado a la temática circense, que le permite jugar con las formas y la contorsión de los cuerpos para dar lugar a composiciones llenas de movimiento. En esta ocasión, aunque sigue presente, las acrobacias se reducen para dar lugar a muchas escenas de playa: grupos de personas tomando un aperitivo en la arena, bañistas o niños con flotador son escenas cotidianas que ahora se combinan con las habituales obras con toques surrealistas que caracterizan al autor.
Las escenas que Pedra retrata en esta ocasión tienen gran frescura, son sencillas, pero las trata con una vehemencia que contrasta con lo liviano de los temas. Cualquier detalle de la composición como un fruto, un animal o una sombrilla puede adquirir una importancia mayor que las figuras humanas, mayormente femeninas que pueblan sus pinturas.
Las mujeres rotundas que siempre le caracterizan parecen evocar a Eva en el paraíso, un pequeño mundo lleno de placeres (beber, comer, un baño en la playa…), que parece decirnos que cualquier acción humana puede ser lúdica. Incluso la más sencilla como observar el vuelo de un pájaro puede ser un placer si se afronta con un espíritu desenfadado.
En esta ocasión Pedra ha dado especial importancia a la escultura. Se trata de piezas únicas en hierro, la mayoría policromadas, que son una prolongación de su pintura. En ellas juega con el espacio creando composiciones cotidianas en las que las sombras proyectadas son parte de la obra. Pedra trabaja en las esculturas hasta el más mínimo detalle: incluso pinta las bases, en las que suele incluir pequeñas historias que complementan a la perfección el tema principal de la obra.