Como cada año, presentamos una exposición dedicada a la Escuela de París. Aunque en general nos centramos en artistas españoles, en esta ocasión hemos incluido al cubista francés de origen polaco Louis Marcoussis. Entre los artistas que presentaremos están Juan Alcalde, Francisco Bores, Ismael de la Serna, Javier Vilató o Hernando Viñes. Entre las obras más interesantes hay un óleo de Ginés Parra sobre tela de saco con un hieratismo cercano a la pintura etrusca, un gran formato de Alberto Fabra de su primera etapa, un óleo de Pere Pruna de los años 20 retratando a un bailarín de la mítica compañía de Diaghilev o una obra de 1929 de la breve etapa surrealista de Josep de Togores. De todas las piezas expuestas hay dos que destacan por encima del resto. La primera es “La mosca 2”, de J.Fín (José Vilató Ruiz 1916-1969) Realizada en 1948 durante su estancia en el edificio de La Ruche. Se trata de un lienzo de 148 x 212 cm. Los años comprendidos entre 1946 y 1949 son claves en la pintura de Fín, es un periodo de grandes penurias económicas que le obligan a trabajar sobre cualquier material por pobre que sea, y en los que su trabajo se adentra en una abstracción sombría de gran sobriedad. La segunda obra que consideramos clave en la exposición es “Campo de Granada”, pintura de 1963 de Manuel Angeles Ortiz. Una de las características principales de la etapa de plenitud del artista son las series: “paseo de cipreses”, “cabezas”, “cabezas multiples”, “Homenaje a El Greco”, “perfiles”, “sombras luminosas”, “misteriosa Alhambra”… De entre todas, “paseo de cipreses” y “Albacines” son las más puramente granadinas y “Campo de Granada” es un espléndido ejemplo de esta última. El barrio del Albaicín era uno de los lugares más queridos por el artista y lo pintó en multitud de ocasiones. Su íntimo amigo Federico García Lorca lo definía así: “están las casas colocadas como si el viento huracanado las hubiera arremolinado así. Se montan unas sobre otras con raros ritmos de líneas, se apoyan entrechocando sus paredes con original y diabólica expresión” y Manuel Angeles lo plasmó de la misma manera en su pintura. Esta obra ha sido adquirida por el Museo Reina Sofía poco antes de la inauguración, y queremos agradecerles la gentileza de permitirnos exponerla