Este fin de año queremos clausurar la temporada con una interesante exposición en Barcelona dedicada a uno de los máximos exponentes del Taller Torres –García. Se trata de Alceu Ribeiro, a quien conocimos en 1997 y con quien estuvimos colaborando hasta el momento de su muerte en 2013.
Ribeiro conoce a Torres García en 1939 y seguirá junto a él hasta 1949, fecha en que fallece el Maestro, y tras la que decide transmitir sus conocimientos realizando una importante labor docente tanto en “El Molino”, su propio taller, como en la universidad. Su admiración por él será siempre incondicional, adquiriendo con los años lo que él denominaba sus “pequeñas particularidades”. Como le gustaba decir: “creo que cada vez me parezco más a mí mismo”.
En esta ocasión y después de nuestra última muestra dedicada a su obra, que fue en 2014, hemos conseguido reunir una serie de trabajos la mayoría de los cuales no se habían visto. La exposición, que aúna tanto sus pinturas como sus personales collages en madera, abarcará el periodo comprendido entre los años 1975 y 2013. En su trabajo se puede apreciar la interiorización del constructivismo como algo natural.
Alceu no necesitaba calcular ni medir espacios para lograr el equilibrio en su obra, éste surge de forma espontánea, demostrando que las teorías constructivas aprehendidas en su juventud han quedado asimiladas, incorporadas a su persona como una segunda piel. Era algo intrínseco en su forma de ser y de pintar, algo ineludible. Como veréis en la exposición, tanto en interiores y paisajes como en naturalezas muertas, su planteamiento estructural es el mismo. El tema es lo de menos pues, como él decía, “la pintura siempre es abstracta. Luego será figurativa o no”. El resultado es siempre una obra constructiva, donde ritmo y estructura marcan la pauta de la composición, la organizan. Son estos elementos los que consiguen que una superficie adquiera trascendencia.