Torres-Garcia y nuestra galería
Torres-Garcia y nuestra galería
Siempre ha existido una estrecha relación entre Torres-Garcia y nuestra galería. El próximo mes de septiembre coincide una doble efeméride que vuelve a unir nuestra trayectoria: por un lado, se celebra el 45 aniversario de la fundación de la Sala Dalmau, y por otro se cumplen 150 años del nacimiento del maestro uruguayo-catalán. Era por tanto una ocasión perfecta para mostrar su trabajo.
A lo largo de los años son varias las exposiciones en las que se han cruzado los caminos de Torres-Garciay nuestra galería: ha sido una presencia habitual en las muestras que hemos dedicado a las vanguardias históricas, pero, además, nos hemos centrado en su trabajo de una manera más específica en exposiciones como “Barradas, Figari, Torres-García: dibujos y acuarelas” que presentamos en 1995, o las dos muestras que dedicamos a su trabajo de forma monográfica.
En estos 45 años hemos querido dar especial relevancia al legado de Torres-García. La magnitud de este artista no puede medirse únicamente por su obra, es necesario hacer referencia a la enorme influencia que ha tenido en la historia del arte.
Vista de la exposición de Torres-Garcia en la Sala Dalmau, 2009
En los inicios de su carrera se convierte en un pilar del arte catalán: su noucentisme marcó una época en las primeras décadas del S.XX, llegando a realizar los magníficos murales que presiden la llamada Sala Torres-García del Palau de la Generalitat de Catalunya. Posteriormente, ideas tan arriesgadas como Aladdin Toys, la empresa de juguetes con la que pretendía crear juguetes ensamblables de carácter educativo y que hoy son pieza de coleccionista o sus trabajos con Mondrian en la revista Cercle et Carré le convierten en una figura imprescindible.
Pero si algo une a Torres-García y nuestra galería, es el interés que hemos tenido en mostrar su faceta docente y el resultado de esta: cuando en 1934 regresa a Montevideo, funda la asociación de arte constructivo y, posteriormente, en 1942, el Taller Torres-García. Será allí donde procederá a enseñar su gran aportación a la historia del arte, el constructivismo, a un grupo de jóvenes artistas. Estas enseñanzas serán una revolución en Uruguay y en toda la América del Sur, pues será la creación de una vanguardia propia, sin complejos con respecto a Europa, cuya influencia sigue vigente hoy en día.
Exposiciones como la que dedicamos al Taller Torres-García al completo en 1998, así como las muestras individuales que hemos presentado de algunos de los alumnos más destacados del Taller como Augusto Torres, José Gurvich o Alceu Ribeiro demuestran la relevancia del artista.
El vínculo entre Torres-Garcia y nuestra galería también se ha visto en exposiciones con fuerte presencia de artistas influenciados por él: la muestra “La huella constructiva” presentaba su obra junto a la de artistas tan dispares en generación y estilo como Manuel Ángeles Ortiz, Albert Ràfols Casamada, Adolfo Estrada e incluso jóvenes como Pablo Bruera, mostrando cómo su influencia se ha extendido a lo largo de todo el S.XX y las primeras décadas del XXI.